lunes, 17 de agosto de 2009

ASTROBOYMANÍA



Por Eduardo D. Benítez

Para astroboy-maniacos presentes, pasados y por venir. Para esos que abrigaron sus primeros años al calor de su serie televisiva,  ó incluso aquellos que pudieron disfrutarlo en comic y para quienes fueran a descubrirlo ahora en pleno inicio 2010, llega la película del robot más joven y humanizado de la historia: Astroboy. La trama establece lazos más o menos fieles con el manga original creado por el historietista Osamu Tezuka: un científico crea un robot a imagen y semejanza de su hijo Toby, recientemente fallecido.  Pero este hijo dotado de un cerebro artificial súper inteligente, lo único que hace es recordarle que su verdadero hijo ya no está en este mundo. Es allí cuando lo rechaza de manera definitiva y, acongojado, el niño-robot emprende su destino solitario y da comienzo a su lucha contra el Mal. Tener los atributos más sensibleramente humanos, ser eternamente niño, resolver confusos teoremas con un movimiento de manos y  volar, sí volar. Que más se le puede pedir al superhéroe que nos hizo teñir de manchas el guardapolvo de nuestra infancia cuando queríamos imitar sus epifanías.  Quisiéramos por un momento decir gracias a David Bowers por la novedad de este ñoño recreo audiovisual. Ortodoxos del animé, a no desmoralizarse: aunque el trazo en el dibujo no sea copia fiel del original televisivo, el niño Atom cumple en demasía la promesa de divertimento y remedo nostálgico de las infantas alegrías.